Estos últimos días el mundo está "de luto". Whitney Houston ha muerto.
En los Grammy se homenajea su vida y su memoria.
En televisión se emite El Guardaespaldas.
Todo el mundo está conmocionado.
Hace unos meses falleció Amy Winehouse. Más de lo mismo: artículos de prensa, reportajes de televisión, funarales públicos, conmemoraciones y homenajes por doquier.
¿Lo merecen?
Que quede claro. NO me alegro de la muerte ni de Amy, ni de Houston. NO. No me alegra la muerte de nadie. Tampoco me alegró la muerte de Michael Jackson, presunto pederasta. remarco ante posibles críticas: presunto.
Vamos a ver, Amy murió a causa de su alcoholemia. Cierto. Como tantos cientos de personas al día, por desgracia.
Whitney ha muerto, aún no se ha determinado, por alcohol o/y drogas. Como tantos cientos de personas al día, por desgracia.
Partamos de la base, real, y ciertas personas de mi entorno lo saben, que siempre he sentido un gran respeto hacia la persona de Whitney Houston (no así de Amy, que nunca me ha gustado.... para gustos colores). No sólo la considero una gran artista, sino que s7u canción más conocida, I Will Allways Love You, me marcó. Ahí viene la confesión: traté de bailarla con una chica de la que estaba locamente enamorado en mi infancia, y tras su negativa fui incapaz de volver a oírla, aún siendo una de mis canciones favoritas. Y antes de conocer el Heavy Metal, tenía un par de CD's de Whitney Houston.
Conclusión: No tengo nada en contra de ella.
Pero me indigna el alcance que está tomando en los medios la "noticia" de su muerte.
Y a partir de aquí la relación de su muerte con un Blog dedicado al Heavy Metal.
Me explico: el año pasado falleció Paul Grey, bajista de Slipknot, un grupo que me gusta digamos que bastante. Paul murió por una sobredosis de drogas. ¿Sinceramente? Es lo que hay. Nuestros padres no se cansan de repetírnoslo: las drogas son malas.
No voy a entrar en el hecho de que debido a que Paul pertenecía a un grupo de Nu Alternative Freak Death Metal no se publicara nada en La Vanguardia, El País, El Mundo, o el Avui acerca de su muerte. En absoluto. Para mí no merece ninguna atención. Sinceramente... él se lo buscó. Insisto: las droigas son malas.
En cambio, y aquí entro en el quid de la cuestión, unos meses antes falleció Ronnie James Dio.
Dio falleció a causa de un cáncer de estómago, y hasta poco antes de su muerte siguió ofreciendo conciertos, con su grupo, Dio, y con Heaven & Hell, grupo paralelo en que formaba pareja con Tommi Iommi, miembro de Black Sabbath.
Cuando Ronnie murió ningún tabloide se hizo eco de su muerte.
Cuando Ronnie murió ninguna televisión hizo ningún tipo de reportaje.
Dio vivió su vida por y para el rock y el Heavy Metal. Nunca fue noticia, nunca apareció en portadas salvo por sus discos, y Dio dejó un legado, no sólo al Heavy Metal, sino a la Música en general. Su contribución a la Música no tiene réplica posible. Fue la voz de Black Sabbath cuando éstos prescindieron de Ozzy Osbourne. Sus posteriores discos en solitario, como Holy Diver, crearon escuela, marcaron nuevos ritmos, tendencias, y horizontes musicales, y su estilo y sus temas perdurarán en el tiempo (como el I Will Allways Love You de Whitney Houston).
Y no murió por sobredosis.
No murió por intoxicación etílica.
Murió por un cáncer.
Unos años antes, en 2004, Dimebag Darrell, guitarrista de Pantera, murió durante una actuación en directo a causa del disparo de un fanático perturbado.
Ni una noticia. Ni un reportaje. Ni un homenaje.
No murió por excesos. Murió asesinado.
La pregunta es simple: ¿a qué estamos jugando?, ¿qué valoramos en este mundo?: ¿El talento o el dinero?, ¿el legado musical o el número de fans en Facebook?
No voy a sacar conclusiones acerca de este post. Creo que mi conclusión es clara, sólo quiero lanzar una reflexión al aire. Porque si la vida o la muerte de un artista es más importante, noticiable, sentida, o lo que queráis, en función de sus cifras de ventas y de su marketing, es que algo no va bien.
Y todos sabemos que en el Rock y en el Heavy Metal, algo no va bien.
Estoy completamente de acuerdo con lo escrito, pero solo doy un punto de vista ( e insisto que al 100% de acuerdo), es una cuestión empresarial.
ReplyDeleteTodo el mundo conocía a Whitney, igual que a Michael Jackson o a Amy... así que de echo según cómo lo mires, es más respetuoso no hablar de las muertes de nuestros metaleros, que sacar dinero y expectación de este tipo de sucesos.
Es audiencia, es dinero, es morbo de los espectadores los que hacen que esta mierda exista.
No se habla por lástima de la muerte de estos famosos, ni se habla por respeto, se habla pro audiencia, para preparar el terreno para una posible película sobre la vida de ellos (como en el caso de M. Jackson), o para poner la película de el Guardaespaldas asegurándose una audiencia más alta dadas las circunstancias, y francamente es repugnante.